Trascendencia

Los 40 días de Elías nos llevan a pensar en la trascendencia de nuestras vidas y en estar acompañados para que eso suceda.

Estar rodeados de personas que continúen el “vivo celo por Jehová”, eso comienza por casa. Las personas que más te rodearán en la vida son tus hijos. En ellos continúa tu descendencia y tu herencia, ellos son los que harán que tu vida haya tenido sentido, más allá de tu muerte.

Tenemos que engendrar y criar hijos en ¡la victoria de la fe!

Tenemos que planificar nuestras familias pensando en heredar la simiente de Dios.

1ra Juan 3:9
“Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios”.

1ra Juan 5:4
“Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.”
¿Cómo no he de darles a mis hijos la victoria sobre el mundo? ¿Cómo no he de darles a mis hijos lo más importante que podré heredarles en este siglo y el venidero? ¡La victoria que ha vencido al mundo! Toma hijo querido, aquí la victoria.

Pero automáticamente, el Señor, en la familia de la fe, nos coloca hijos e hijas espirituales en quienes sembrar trascendencia.

Porque en un momento tenemos que comenzar a pensar y decir como decía el apóstol amado: “Hijitos…” y esa palabra, ese inicio de frase, no viene por la edad, no viene por la vejez, tampoco es una cuestión de simple cariño, sino que viene por la revelación de la trascendencia, del linaje, del real sacerdocio, de la nación santa, de la familia de la fe que formamos (Gal 6.10)