Ser adultos nos lleva a perder la esencia de ese niño que fuimos y que nos daba acceso directo al Reino de los Cielos, es por eso que debemos observar estas características de los niños a las que Jesús se refirió en Mateo 18.
Ser adultos nos lleva a perder la esencia de ese niño que fuimos y que nos daba acceso directo al Reino de los Cielos, es por eso que debemos observar estas características de los niños a las que Jesús se refirió en Mateo 18.