La autoestima esta formada por el cúmulo de experiencias que hemos tenido.
Las decisiones que tomamos tienen que ver con «cómo nos vemos» y es la autoestima la responsable de muchos fracasos y muchos éxitos en nuestra vida.
Si es positiva nos ayuda a aumentar nuestro nivel de seguridad y si es negativa casi siempre nos enfoca a las frustraciones.
Desde que nacemos hay formadores de la estima que influyen en nosotros:
• Los Padres y la familia que me rodea.
• La sociedad con sus estándares.
• Las instituciones educativas.
• Comunidad a la que pertenezco (el entorno que voy a elegir).
Con el «Yo soy así…» ocultamos en realidad heridas adentro nuestro pero ¿realmente sé cómo soy? ¿sé quién soy?
Tenemos que pedirle a Dios que nos ayude a mejorar nuestra propia estima pero debemos que confiar en Él.
Dios nunca falla, Dios nos revela quienes somos, Dios nos ayuda a construir nuestra estima.
Las incongruencias de mi vida dejan ver que estoy fragmentado, que no estoy dejando entrar a Dios en algunas partes de mi vida.
«El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor» 1° Juan 4.8
El amor de Dios sana nuestra estima por eso necesitamos ese amor para sanar nuestra propia estima y la de las personas que afectamos.
Yo necesito conocer a Dios y tener una relación con Él para que su Amor pueda entrar y transformar mi vida entera y así tener una estima correcta.
El medicamento del amor de Dios no tiene contra indicaciones.
Isaías 55.8-9 Si Dios está mucho más arriba que yo, me tengo que subir ahí, tengo que buscar relaciones que me lleven a esas alturas y no algo que me baje.
Jeremías 29.11-14 «Yo sé los planes que tengo acerca de ustedes….» A veces nos encontramos mendigando amor, busquemos el amor de Dios que sí se deja encontrar.
Dios no te miente en esto, dejá que su Amor transforme todo en tu vida!!
De nosotros depende cuan rotundo puede ser ese cambio dejando obrar el amor de Dios en nosotros!!